Para lectores sabios

jueves, 7 de octubre de 2010

Un poco de Fujitsu ¡¡por favor!!

Las ocho menos cuarto. Tras varios largos de piscina me dirijo a la sauna. Vacía, como siempre. Me quito las zapatillas y cuelgo el gorrito y las gafas de nadar de un gancho, entro en la sauna, cierro y me tumbo en un nivel alto, donde más calor hace. Qué tranquilidad, pienso. A estas horas matutinas no hay nadie. Qué ganas de quitarme el bañador mojado, pero no se puede.
¡Sorpresa!. Clac, se abre la puerta y entra una señora, más ancha que alta, con su gorrito, las zapatillas, las gafitas de nadar todo bien puesto en su sitio, y sin toalla.  En fin, hago oídos sordos y, de paso, cierro los ojos para hacer también la vista ciega.
¿Esto es la sauna? –pregunta inteligente de la pelota con bañador amarillo que acaba de entrar-. Tentado estoy de decir que no, que es el restaurante del gimnasio, pero vence la buena educación y lo limito a un simple “juraría que sí, porque hace un calor de coj… de miedo”. La pelota amarilla suelta una risita.
-¿Y cuánto rato hay que estarse aquí dentro con este caló?
-Pues unos diez minutos, señora. Depende de cuánto aguante.
-Me vi a poner como uzsté, asina, estiradita y to.
- ….
-Joer qué caló q’hace aquí, ¿no? Y uzté cree que es sano esto?
-Si se queda dormida y no se despierta, posiblemente no. Pero si no fuera sano no habría saunas, señora.
-Ya, jejejejeje, ya se me lo imagino, ya, jejejejeje.
-…..
¿Me puedo quitar el gorro? ¡Que uzté no lo lleva!
-Quíteselo, aquí no es necesario llevarlo. Además, con el gorro sudaría demasiado y se le caería el pelo.
-Ya sólo me fartaría ezo, Virgen santa, que me cayera má er poco que tengo.
-Y tampoco hay que entrar con zapatillas, pero sí con toalla.
-¿Y pa qué quiero yo la toalla? Zi lo que no quiero es no pisar ná raro.
-Señora, es porque las zapatillas ensucian la sauna, que se limpia a diario. Pero si no se pone toalla (debajo de su inmenso culo iba a decir, pero me callé) ensuciará la madera de sudor.
-Ahhhhhh, tá bien. Sargo a por la toalla y a dejá las zapatillas. Totá, me se ha caído la suela de la derecha y voy coja…!
-Vaya por Dios (no sé a qué vino mi comentario, pero lo solté).
-Es que miresusté- dice el globo sujetando la puerta abierta –ya la llevaba suerta varios días y se vé que con la humedá, me se ha desprendío del tó.
-Señora, por favor, cierre la puerta que se va el calor.
-Uyyy,… que tonta.
Sale, cierra, vuelve a abrir y entra sin zapatillas y con toalla. Bien.
-Ahhh, ahora ya tá mejor. ¿A que sí?
-Mucho mejor (sonrío, por no arrancarle los ojos)
-¿Y ese botón rojo pa qué es?
-Es para avisar, por si pasa algo, si alguien se marea o si no puede salir.
-Ahhhh. Tá bien. ¿Qué seguro no?
-Depende,… tiene que haber alguien más que lo pulse si el que se marea no puede..
-Jajajajaja, por suerte está uzté aquí, pa pulsarlo si me duermo, ¿no?
Sonrío, me giro e intento relajarme, que ya me baja el sudor a chorros.
Empiezo a adormecerme que se abre de nuevo la puerta. El siguiente globo es negro (al menos mejor gusto con el bañador).
-¡Manola, tas aquí! Y yo buscándote por el yacussi ése y no te veo. Has pasao de la sopa garbanzos a la secadora ¿eh?
-Ay, Lola, pos sí, mira, quería probar esto. Ezte señó tan amable me ha explicao como funciona. Dice que si me quedo dormida no es sano, ¡jajajajajaja!
-¿Y qué hases con la zapatilla toa rota, Manola?
-Pos ya ves, sa caío desfinitivamente. Por ahí andará la suela esa. Pero no la va a cogé nadie, ya verás.
-Pos bueno sería el que la cogiera...!!
A estas alturas, el volumen dentro de la sauna empieza a alcanzar más decibelios que la temperatura.
Clac, se abre la puerta, entra un señor.
-Ya toy aquí, Lola. ¡Anda, la Manola! ¿También tas metío aquí?
-A farta de la suela de mi zapatilla, pos mira, sí, me metío aquí con miedo a ver si no me desmayo. Pero ezte señó de ahí arriba ha sío mu simpático y me lo ha explicao. Si te desmayas puedes apretar el botoncito rojo ese,… el pimiento ese, vaya, jajajajaja!!
Todos me miran, yo sonrío.
Manola: ¡Uffff, pero qué caló que hace aquí dentro!
Lola: Pos sí, pero é mu sano, dice er señó. (Me hago el dormido)
Marido: Claro que es sano, se suda la grasa que sobra
Manola: ¿Que a mí me sobra grasa? Mira que te doy, Juan.
Juan: Mucha, mucha, Manola, que hay que conservarse.
Lola: Pos a mí sí que me sobra, tanto que hasta se me cae la zuela de la zapatilla, ya ves.
Juan: ¿Se ta caído la suela? ¿Y eso?
Lola: Pos mira, la humedá será, aunque ayer ya la tenía asina como desprendía ¿no?
Juan: Eso es por comprarlas baratas. Mira en Declatló me compré yo unas de mi número que es el 39, y resulta que ayer alguien se debió equivocar y me dejó unas iguales, pero del 43. Ya ves, me puedo bañar dentro de ellas y no sé a dónde llegará ése con las mías tan pequeñas.
Lola: Pues habrá sio un erró, porque pa robar unas y dejar otras….
Manola: Seguro, mira el otro día en el carrefú, una mujé se me llevaba el carro, por suerte era antes de pasá por caja y pagá.
Lola: Pero si te deja er monedero dentro del carro te lo pueden quitar, mujé.
Manola: Sí, ¿verdá? Juan, ¿tacuerdas de cuando fimos a Andorra? ¿Aquella mujé que lloraba que le habían quitao el borso del carro?
Juan: Sí que macuerdo, sí, la pobre,…..

Me levanto para salir. No aguanto más.
Lola:¿Se va usté ya? ¿Tengo que salir yo?
-Nooo, usted quédese un ratito más, que cada uno tiene su tiempo (y no salga nunca por favor, ayyyy que ganas de decirlo).

Salgo, cierro, me doy una ducha helada pero rapidita y salgo disparado hacia los vestuarios. Al pasar junto a la sauna se escuchan comentarios sobre los precios de las zapatillas en Andorra.

Mañana, con tapones y me hago el muerto, o el sueco.
Un cartelito de “Silencio en la sauna, por favor” no estaría nada mal.

1 comentario:

  1. jejeje, yo he ido durante un año largo a un gimnasio en Manresa donde me aburria como nada en las maquinas y en los cursos y nadie me dirigio palabra.....
    pero cuando fue a la sauna, (y queria que se callasen) me contaron su vida, conocí a uno que sabia alemán, hijo de Alemana, dos andaluces que no se en que fábrica trabajaban que les habian cerrado...etc. etc..no sé, se ve que se confunden...cuando agradecerias que alguien te hablase por quitar este tremendo aburrimiento de hacer máquinas, nadie, en la sauna no se callan....

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